domingo, 3 de noviembre de 2013

Compartir conocimiento

No corren buenos tiempos para la seguridad jurídica. No hay materia que se escape del deseo del legislador de ser modificada, refundida o innovada, creándose, en consecuencia, una maraña normativa que hasta para nosotros, los abogados, nos resulta difícil controlar. 

Una buena manera para mantenerse al tanto de las novedades legislativas y jurisprudenciales que se van produciendo son las redes sociales y los blogs. No profundizaré en ello, las bondades de las redes sociales al respecto son de sobra conocidas. Aprovecharlas para no perder el gran flujo de información que proporcionan.

Pero hay otras formas de adquirir conocimientos en las áreas de práctica que no son de nuestra praxis habitual. Y para ello no es necesario acudir a cursos específicos, con el consiguiente paso por caja. Basta con reunirse un número de compañeros, con la frecuencia que vuestra agenda os permita, y que uno de ellos prepare una breve ponencia sobre aspectos relevantes de su área de práctica para, posteriormente, abrir un turno de preguntas entre los asistentes.

Evidentemente no descubro nada, es algo habitual en los grandes (por tamaño) despachos. Su elevado número de abogados les permite realizar este tipo de reuniones o charlas. Lo difícil es implantarlo en despachos individuales o de tamaño pequeño, por ello hay que intentar aunar esfuerzos y entre un grupo de compañeros dar el paso y empezar a compartir conocimiento.

Nosotros hemos encontrado una fórmula válida. Hemos formado un grupo de ocho abogados y un viernes al mes nos reunimos en alguno de nuestros despachos para mantener la charla. Comienza el encargado de la ponencia a desarrollar la misma y, una vez terminada, se abre un breve e intenso debate. Como colofón final unos pintxos por los bares de la zona donde continúan los comentarios sobre la ponencia y sobre aquellas cuestiones que han surgido en la misma. 

Qué logramos con ello? El objetivo principal es adquirir y compartir conocimientos con otros profesionales, pero también logramos conocer y compartir preocupaciones, estar al tanto de la plaza donde ejercemos (nombramiento de magistrados, posturas respecto a determinar cuestiones...) y crear sinergias que, a futuro, redundarán en el beneficio de los partícipes. 

Y todo eso, salvo que te toque la ponencia, por poco más de una hora al mes. Creo que la rentabilidad profesional y personal es evidente, por ello os animo, sobre todo a quienes ejercéis en solitario, a dar el paso para compartir y recibir conocimiento. El ejercicio en solitario es duro, no hay con quien compartir las dudas, los éxitos y, sobre todo, las penas. No lo hagamos más duro cerrándonos en nuestros despachos. Hay mucho a ganar y poco a perder.

Nuestro próximo objetivo es colgar las ponencias en el blog y de esa manera fomentar el debate en la red. Veremos si somos capaces.

Scientia potentia est.




3 comentarios:

  1. No se por qué, me parece que pasais mas tiempo en los bares que en la ponencia ...

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  2. Por supuesto el comentario anterior es una broma entre amigos. La profesionalidad de mi querido amigo Emilio está fuera de toda duda.
    Me parece una interesante iniciativa, a la cual me gustaría unirme en alguna ocasión.

    Un abrazo.

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  3. A la próxima estás invitado Cristobal. Y a los pintxos en los bares, también. :-)

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